En un mundo lleno de estrés, responsabilidades y constantes desafíos, es común sentir que...
Cuando pensamos en luz, nos viene a la mente una vela, luz eléctrica y el Sol. Todos sabemos que gracias a la corriente eléctrica que genera luz tenemos televisión para entretenernos, computadoras para trabajar, teléfonos para estar en contacto, aparatos electrónicos para ayudar en las labores del hogar, elevadores para subir edificios, escaleras eléctricas, lámparas para iluminar tanto la calle como la casa; ¿con cuántas cosas utilizamos la corriente eléctrica para producir luz? ¡Con casi todo!
La luz eléctrica inventada por Edison hace mucho tiempo, nos ha dado muchas herramientas que hacen nuestra vida más sencilla, práctica y rápida. Pero si habláramos, por otro lado, de la Luz del Creador, la Luz Espiritual, la Luz Interior, la Luz de los Milagros, estaremos entonces hablando de términos que provienen únicamente del mundo espiritual. ¿Por qué? Porque no la vemos con nuestros ojos físicos, solo la sentimos, y es tan sutil que a veces ni siquiera la percibimos.
Como seres humanos también somos seres espirituales: es parte de nuestra esencia y tenemos acceso a este tipo de Luz todo el tiempo. Está claro que todos hemos tenido momentos en donde decimos: “¿Cómo pasó esto? ¿De dónde salió? ¿Qué lo originó? ¡Es imposible! ¡Es un milagro!”
Pues cada vez que usamos nuestro sexto sentido; cada vez que un sueño se nos cumple o cuando llegamos a una meta sin razón aparente. También cuando de repente recibimos una bendición; cuando sentimos que la suerte nos ha tocado; cuando encontramos a esa pareja que nos hace vibrar por dentro; cuando tenemos ideas brillantes. Cuando nos expresamos y decimos: ¿de dónde salió esto?, ¿lo dije yo? Asimismo, cuando hay creatividad, pasión, amor, confianza, seguridad o cuando se dan descubrimientos inexplicables. Pues aunque no lo crean, todos estos momentos e instantes siempre son conexiones con la Luz.
En el video anterior hablábamos de las ventanas cósmicas y de cómo influyen en nosotros. Esos días son muy especiales porque aun cuando yo les diga que en todo momento podemos tener conexiones con la Luz, esos días la Luz conecta con el mundo físico de manera directa, sin filtros. Es más, si tú decides conectar con estas aperturas cósmicas, sentirás la energía mucho más intensa y más fuerte que en otras ocasiones. En estas fechas se dice que se nos dan regalos cósmicos de energía, los cuales nos dan la oportunidad de trabajar con nosotros y con los demás de una manera más profunda. Se nos da la oportunidad de sanar a nivel raíz y de propagar Luz a todo el Universo para entonces lograr una transformación global y llenarnos de Luz Divina.
El poder de hacer esto lo tenemos todos; cada persona en este mundo tiene el potencial para lograrlo, solo que no lo vemos, pues tenemos los ojos tapados con un antifaz. ¿Será que no queremos ver…, que es mejor seguir dormidos…, que duele ver? La respuesta es ¡no! El conectar con la Luz siempre, siempre traerá a nuestras vidas felicidad infinita, gozo infinito, amor infinito, armonía infinita. Entonces ¿por qué no queremos eliminar todo el caos y negatividad de nuestras vidas? ¿Por qué seguimos pensando que con una varita mágica todo va a cambiar…, que alguien más lo puede hacer por mí? Hay un libro que me encanta; se llama “Dios no crea milagros, tú lo haces” de Yehuda Berg. Nosotros, como seres humanos, somos absolutamente los creadores tanto del caos, como de los milagros en nuestras vidas. Y todo está en la mente, todo está en nuestras acciones, todo está en lo que realmente queremos. No nos damos cuenta de cómo pedimos las cosas. Conozco alguien muy cercano que toda la vida ha dicho: “¡Yo haría lo que fuera por mis hijos!” ¿De verdad? Las acciones de esa persona, hoy por hoy, pueden llevarla a un destino que seguramente no va a ser agradable. Hay que tener mucho cuidado primero en lo que decimos y pensamos, después en nuestras acciones y también saber que las leyes universales no las podemos brincar. Podemos brincarnos las leyes físicas, las leyes que el gobierno ha impuesto, pero las leyes universales nunca las podemos evadir.
Estas fechas especiales, como —Navidad y Año Nuevo están llenas de amor, armonía y unidad; hagamos un esfuerzo para conectar con la Luz (¡con mayúscula!). Conectemos desde el corazón; hagamos conciencia de los cambios que debemos hacer en nuestros pensamientos, en nuestras palabras, en nuestras acciones.
“¡Nadie cambia!” dicen por ahí. ¡Yo creo que sí! Cuando tienes la disposición, la conciencia y la conexión con la Luz todo cambia, todo se transforma. Despertemos en nuestro corazón la semilla de Luz de nuestro potencial, la semilla de la unidad, la semilla del amor, la semilla de los milagros. Revelemos la Luz oculta, que es una de las metas de todos los que estamos en este planeta.
Edición y corrección de estilo: Lydia Flores Acuña
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