la fotografía se ha convertido en una especie de segundo idioma para mí. Es una manera increíble de congelar un instante, hacerlo durar para siempre y compartirlo con los demás.

Es como si mi ojo tuviera su propio zoom. Ya sea una montaña impresionante o una diminuta gota de rocío, no puedo evitar ver la belleza en todo. Y la mejor parte es que cada foto es una historia en sí misma.

Empecé con una cámara de rollo y aprendí a valorar cada foto. Ahora, aunque uso el teléfono para tomar fotos, sigo apreciándolo como si fuera el último.

Comparto mis aventuras fotográficas en Instagram. No busco ser un profesional, solo disfruto el proceso y me encanta compartirlo. Cada foto es un pedazo de mi vida, un fragmento de cómo veo el mundo.

Así que, si quieres, echa un vistazo a mi mundo a través de mis fotos. La fotografía es más que solo tomar fotos; es capturar la vida, los momentos y las emociones. Y, a veces, hasta te ayuda a ver las cosas desde una perspectiva completamente nueva.