Tengo una pequeña biblia en el cajón de mi buró, un regalo de mi primera comunión. Pocas veces lo he abierto, en ocasiones me pregunto ¿por qué no lo he leído? Siento que es un libro complicado de leer y solo de ver la letra tan pequeña, ya me canso. Lo que sí reconozco es que cuando estudio y hay alguna referencia hacia la biblia, automáticamente la abro y comienzo a leer, aunque sea un pequeño párrafo. Está sed de entender, comprender y relacionar al ser humano con todo lo demás es lo que me mueve a abrir las páginas de ese libro pequeño con letra diminuta.
Con la biblia abierta y sentada en la computadora escribo acerca de la Primera Bienaventuranza (Mateo 5): “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos“.
Si lo leemos de forma literal lo primero que llama la atención es: “pobres de espíritu”, pienso: — ¿a qué se refiere esto? — a nadie le gustaría ser pobre. La palabra pobre o pobreza, el ser humano la considera una desgracia, un desastre, una calamidad, una desdicha, una desventura, un fracaso, etc., ¡claro! considerándola únicamente en su mundo material o materialista; pero, la frase nos está diciendo “bienaventurados” (los sinónimos de esta palabra son: feliz, dichoso, afortunado…) Entonces, nos está diciendo que alguien pobre de espíritu es afortunado.
Cierro mis ojos y trato de visualizar una imagen de alguien siendo pobre de espíritu… lo primero que veo es a alguien con la cabeza agachada, como pidiendo perdón, básicamente siendo humilde. La humildad nos hará ser afortunados, felices y dichosos. La humildad se construye con amor, y se destruye con el ego.
Qué gran lección detrás de esta bienaventuranza; la humildad puede ser el ingrediente principal o número uno de una salud mental buena y la base de muchos valores. Desde la humildad podemos hacer transformaciones profundas en nosotros mismos y en los demás.
Estamos en un proceso de cambio profundo en todos los niveles, desde lo individual hasta lo universal. No tenemos que ir muy lejos para verlo, lo estamos sintiendo en nosotros mismos, cada quien en diferentes aspectos de su vida. Una gran transformación se está manifestando, y de nosotros depende cómo la manejamos y el resultado que dará.
Siembra la humildad, cuídala y coséchala siempre. Nunca dejes que la esencia de la humildad muera en tu vida.
- Cómo los Cursos de Sanación Pueden Transformar tu Vida
- El Portal del León: Significado, Prácticas Espirituales y Transformación Personal
- El Significado y Simbolismo de las Inundaciones en Nuestras Vidas
- El Árbol Sefirótico: Claves Universales de la Sabiduría Antigua
- La Nueva Esclavitud: Cadenas Invisibles que Nos Atan