En un mundo lleno de estrés, responsabilidades y constantes desafíos, es común sentir que...
Un jardín no solamente es el que ves en tu casa o el del vecino, tampoco el bosque o el huerto; un jardín es la esencia misma de la creación de la naturaleza, es una forma de vida que crece en todo momento cíclicamente y se transforma continuamente. El jardín “interior”, por otro lado, es aquel en donde tu alma escogió vivir, el que vas cultivando día a día, sembrando y cosechando con tus acciones, pensamientos y emociones.
Cuando trabajamos con nuestro jardín interior, este nos permite aplicar todos los elementos propios de una inteligencia espiritual. La espiritualidad siempre nos va a llevar a hacernos preguntas sobre el sentido y el propósito de la vida, sin ninguna creencia en especial. La espiritualidad une lo personal con lo universal.
El Dr. Gardner decía que la inteligencia espiritual es “la capacidad para situarse a sí mismo con respecto al cosmos”, y que la persona que tuviese este tipo de inteligencia —que todos y cada uno de nosotros somos capaces de tener— puede gozar de ciertas aptitudes y diversas capacidades, tales como las de trascendencia, de estados elevados de conciencia y de encontrar el sentido de lo sagrado en todas las actividades diarias.
Por lo tanto, quiero invitarlos a que, a partir de ahora, comencemos a desarrollar esta capacidad de fomentar nuestra inteligencia espiritual por medio del arte de la jardinería y la herbolaria. ¡No estoy loca!; quiero que nos volvamos jardineros de la luz y herbolarios de nuestra propia vida.
Entendamos que un jardín, como regularmente lo vemos, es un lugar o espacio decorado con flores o plantas, las cuales emergen de la tierra. La Tierra, además de ser el lugar que todos pisamos y en el cual vivimos, recibe las semillas de la Creación, la cual sustenta toda forma de vida. Representativamente, nuestro jardín interior es nuestro cuerpo físico, emocional, mental y espiritual: todo en una unidad perfecta. El cuerpo físico lleva el elemento tierra en huesos, músculos y órganos, y está también constituido por tres elementos más: agua, fuego y aire, todos interactuando para que cada uno de los sistemas fisiológicos trabajen en armonía. El cuerpo emocional está ligado principalmente al elemento agua, el cual el 75 % está compuesto de este e interactúa también con los sistemas fisiológicos del cuerpo. Para armonizar las emociones se necesita del elemento fuego, el cual interactúa principalmente con la digestión, en donde se digieren todas las emociones. Y el aire, el cual fue el primer indicio de estar vivo y será, a su vez, el último indicio de vida. *Ver tabla
Como vemos, todos los elementos tienen un rol específico en la vida; la clave es mantenerlos en equilibrio y armonía perfecta dentro de una empatía esencial para la existencia humana.
El arte de la jardinería contempla el trabajo de un jardinero, aquella persona que —redundantemente puesto— cultiva y cuida los jardines, además de un herbolario quien, a su vez, cultiva hierbas para fines médicos. Entonces nosotros, como jardineros, vamos a cuidar y cultivar nuestro interior, y el uso de las hierbas será como nuestra medicina: digamos, pues, que es lo que habremos de sembrar.
Necesidades
Tanto las plantas como el ser humano viven simultáneamente en dos mundos diferentes, la planta en el suelo y en la atmósfera. Y el ser humano en el mundo físico y en el mundo espiritual. Y, además, ambos tienen las mismas necesidades que son: respirar, nutrirse y tomar agua. Asimismo ambos necesitan respeto, reconocimiento y amor. Y así como nosotros necesitamos honrar nuestra existencia, también las plantas necesitan ser honradas. ¿Nunca has escuchado?: “¡Respeta las plantas! ¡Pídele permiso a la flor para cortarla!”
Sabemos que las plantas tienen raíces, las cuales les ayudan a tomar los nutrientes de la tierra. Igualmente, nosotros necesitamos estar enraizados con la energía de la Tierra para poder estar en equilibrio por medio de nuestros chakras inferiores. Como dicen: ¡tener los pies en la tierra!
En la escuela aprendimos acerca de la fotosíntesis de las plantas: cómo ellas toman la energía del sol, el agua y el dióxido de carbono para fabricar su alimento. Nosotros, como seres humanos, necesitamos tanto de la energía del sol como el alimento —o la Luz espiritual— para alimentar nuestra alma.
¿Cuál flor, árbol o planta les gusta más? Nuestro jardín interior tendrá esas semillas de luz para que cada día crezcamos como seres humanos y seamos esa planta, árbol o flor que tanto deseamos y queremos. Que así como cuando miramos una flor pequeña y perfecta y decimos “¡Wow que maravilla!, ¡qué hermosa!, ¡qué perfección!”, que lo mismo sea cuando conectemos con nuestro interior y nos sintamos perfectos, plenos y llenos de amor.
………
Quiero que cada uno de ustedes me acompañen en esta nueva etapa de crecimiento y evolución. Vamos juntos a escoger cada semilla que va a nutrirnos como seres físicos y espirituales que somos; vamos a reconectar con esta inteligencia espiritual que ha estado dormida por tanto tiempo.
¿Cuáles son estos elementos principales y condiciones espirituales para comenzar a trabajar en nuestro jardín interior?
Las condiciones naturales que necesitamos son: estar vivos, tener cuerpo y alma; necesitamos de la luz del sol, del viento, del agua y el alimento de la tierra. Todo esto ya lo tenemos por el simple hecho de existir.
Por otro lado, los elementos que iremos construyendo a lo largo de nuestro trabajo como Jardineros de la Luz estarán 100 % relacionados con el arte de ser conscientes, elevando nuestra energía y vibración para estar conectados a la energía de la inteligencia espiritual. Habremos, así, de llegar a ser la mejor versión de nosotros mismos, en donde nuestro jardín interior sea la belleza más pura de toda la creación.
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