En un mundo lleno de estrés, responsabilidades y constantes desafíos, es común sentir que...
A lo largo de la vida tenemos muchas personas con las cuales convivimos, ya sea de manera cercana o no. Con las que compartimos más, son con las que podemos llegar a tener conflictos, desacuerdos, pleitos, enfrentamientos, problemas… y confrontaciones.
La palabra “confrontación” no es muy apreciada. ¿Por qué? Si buscamos su significado en diferentes diccionarios, esto es lo que puedo resumir para ustedes:
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Enfrentamiento verbal entre dos personas, de grupos o competidores.
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Ponerse una persona frente a otra (carearlos) para resolver un asunto o para que discutan o debatan.
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Poner una cosa o a una persona frente a otra por oposición o enfrentamiento para averiguar la verdad o falsedad de ambas.
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Situación hostil o argumentativa o encuentro entre dos personas que se oponen.
En cada uno de los significados que encontré, el escenario no es muy agradable. Por lo tanto, si pones atención a la definición, seguramente tratarás de evitar cualquier confrontación, sobre todo viviendo en una sociedad como la de nosotros, en la cual se nos enseñó desde niños que no debíamos confrontar y menos aún a nuestros padres, porque ellos eran la autoridad. Aún así hay ciertas personas a las que les es más fácil confrontar, carearse, que a otras.
Los proverbios nos dan las consejas de nuestra sociedad. He aquí uno: “Agua que no has de beber, déjala correr.” Aunque este proverbio tiene varias connotaciones, en relación con nuestro tema podemos decir que nos transmite la lección o consejo de no involucrarse con aquello que no se puede afrontar.
¿Y es difícil confrontar?; ¡SI, ciertamente! Pero estemos o no conscientes de ello, la vida es un reto y también nos confronta para despertarnos y elevarnos espiritualmente. Si buscamos nuestra transformación, la confrontación se debe, por lo tanto, volver parte de nuestra vida.
Para la mayoría de las personas el carearse con alguien o algo conlleva dolor, miedo, sufrimiento, enojo, incluso situación incómoda o algo que requiere de atención no deseada… Cuando alguien tiene miedo de confrontar y no ha logrado superar esa limitante durante mucho tiempo, en el momento en que hace una confrontación podría llegar a explotar de tal manera que ni se reconozca, y acabará por lamentarse por haber actuado de esa manera.
Desafortunadamente, la reacción explosiva puede ser también muy inesperada y dolorosa para la persona que tenga enfrente.
Al no hablar de los problemas o sentimientos de enojo o frustración directamente de manera regular, se va acumulando energía y ésta se va convirtiendo en una bola de fuego que tarde o temprano va a causar un gran incendio y puede destruir las relaciones para siempre. El guardarnos las cosas por no querer lastimar, por miedo, por evitar problemas, por no querer fracasar puede ser más lamentable que si enfrentamos las situaciones conforme se van presentando.
Cuando alguien nos confronta, deberíamos darles las gracias porque te dice lo que piensa, es sincero contigo. Aun cuando no estés de acuerdo con lo que te está diciendo, lo admirarás por que prefirió decírtelo de frente en lugar de hablar atrás de ti o de guardarse el resentimiento.
Nadie nos enseña a carearnos con otros, pues ciertamente eso es una de las enseñanzas más complejas, aunque una confrontación jamás debe ser para ofender, lastimar o tener la razón.
Una CONFRONTACIÓN EFICAZ es aquella en donde se habrá de tener un diálogo, uno que inspire a las personas, en donde tanto tú como la otra persona de enfrente puedan expresarse con libertad, sin querer imponer su voluntad, de tal manera que al terminar ambas exposiciones, las dos personas sientan paz y tranquilidad al haber desahogado la querella.
La confrontación con miedo siempre (¡siempre!) va a traer de fondo una experiencia negativa del pasado, y por supuesto que no quieres volver a vivirla, pues está completamente registrada en ti. Pero esta experiencia grabada está hecha para que evoluciones, para que aprendas y entonces, ¿por qué no confrontar de manera eficaz y eficiente?
Para poder hacerlo de esta manera debemos primero detenernos, reprimir nuestra ira y no actuar de manera reactiva. Date unos días para pensar y asentar bien tus emociones y tus pensamientos, dentro de dos o tres días utiliza herramientas como la meditación para conectar con tu verdadera esencia y encontrar cuál es tu carencia en esta situación. De este modo, la dificultad se transformará en Luz y cosas maravillosas vendrán a tu vida.
En este punto donde nos encontramos quiero preguntar: ¿Por qué el Creador nos dio la confrontación en primera instancia? Porque es la clave o herramienta para corregir lo que venimos a aprender, porque con ella nos damos cuenta de los diferentes tipos de ego que existen y con los cuales nos espejeamos.
Además, si no te gusta confrontar o confrontarte, estás evadiendo tu aprendizaje, y todas las personas con las que tienes o has tenido un conflicto no están cumpliendo con su misión, que es enseñarte, despertarte a tu evolución y que reveles más Luz.
He dicho en otras ocasiones que todos buscamos la plenitud infinita, por consiguiente la confrontación EFICAZ, activa esa plenitud que tanto buscamos. Por más que evites resolver frente a frente cualquier asunto desagradable, la vida te va a seguir presentando desafíos o lecciones y cada vez será más doloroso y con mayor desafío. Ábrete a la posibilidad de ver qué hay detrás de cada confrontación y, ahora que ya sabes que atrás de ella hay Luz, ¡no la evadas!
Ejemplificando lo dicho aquí, podría usar el concepto del foco, el cual me sigue encantando porque es maravilloso como puede relacionarse con muchas cosas en nuestra vida. Los herméticos y alquimistas le llaman Ley de Polaridad. Este concepto nos explica que hay un polo positivo y uno negativo. Para que la luz se manifieste hay un filamento, y éste es el mediador entre ambos polos. Si nosotros juntamos los polos positivo y negativo, lo que se daría es un cortocircuito, por lo tanto el filamento modifica el polo negativo en uno positivo. El secreto del filamento es que, metafóricamente, en la confrontación eficaz transforma nuestras emociones negativas en positivas, y así lo único que tendremos será Luz. El compromiso que nosotros tenemos como individuos, pues, es crear este filamento —convertir nuestros sentimientos de negativos a positivos— y este proceso habrá de actuar como regulador de nuestras emociones, ayudando en la confrontación que vamos a tener.
Dentro del control de nuestras emociones debemos estar seguros de que no le vamos a demostrar al otro que está equivocado, tampoco vamos a enfrentarnos a él o ella para levantar nuestra autoestima o demostrar que somos mejores. Tiene que ser una confrontación “ganar-ganar”.
¿Estás viendo que el tema de la relaciones en tu vida es verdaderamente importante, porque éstas son el vehículo para llegar a nuestra tu evolución o fin espiritual?
Otro aspecto más para poder llegar a una CONFRONTACIÓN EFICAZ es tener confianza en nosotros mismos y estar 100% “plenos”, es decir, estar en nuestro centro, desenterrar de nuestro interior todas aquellas carencias que hemos acumulado, acercarnos con la seguridad de que no necesitamos nada del otro, no ir con quejas sino, por el contrario, ir con ciertos hechos que quizás pueda llegar a considerar. Asimismo hay que asegurarse de que lo que yo diga o el otro diga no haga que cambiemos de opinión, pues no es eso el objetivo de nuestro careo, sino sólo que se acepte la opinión o punto de vista del otro.
Recuerda: cada vez que estás en desacuerdo y no lo planteas, lo único que estás haciendo es ir gradualmente construyendo tu propia infelicidad. El aceptar que lo que tienes hoy en tu vida y lo que ha pasado en ella ha sido necesario para tu crecimiento, te hará mucho más fácil el camino hacia la Luz, con una conciencia más equilibrada y en armonía.
Para concluir, deseo reiterar algo ya mencionado: que cada vez que confrontas de manera EFICAZ, estás haciendo algo para mejorarte a ti mismo, y además estás siendo liberado por la otra persona. Así pues, la confrontación es el regalo más valioso para despertar esa Luz que hay dentro de ti.
Conceptos basados en la Kabbalah y experiencia propia.
Edición y corrección de estilo: Lydia Flores Acuña
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