El Aná Bejóaj además de ser una representación del Árbol de la Vida, nos conecta con la energía de cada día, de cada mes, con cada uno de los planetas y signos del zodiaco. Además, cada oración nos conecta con una Sephiroth que va desde Jesed hasta Maljut.

Con este Nombre de 42 letras accedemos a la fuerza primordial de la Creación, y al estar escrita en arameo (siendo ésta una lengua sagrada), no permite la intervención de ninguna energía negativa. Atrae energía de sanación y protección.

Su fuerza y poder nos ayuda a remover toda las restricciones, obstáculos, bloqueos y barreras. Despierta conciencias, eliminando todas las cortinas que hemos puesto enfrente de nosotros. Tiene la habilidad de generar sustento, removiendo todas aquellas carencias físicas. Nos da entendimiento para poder ver un panorama completo en todo. Provee de Luz no solo a nuestro cuerpo, sino al alma también. Realinea toda la energía en nuestro ADN, y tiene una gran influencia sobre electrones, protones y neutrones. Y no podemos dejar afuera que elimina a nuestro mayor enemigo… el EGO.

Está formada por 42 letras hebreas, también es conocida como Nombre de Dios de 42 letras. Contiene 7 frases o líneas, cada una con 6 palabras. Las 7 líneas están relacionadas con los 7 días de la semana.

En el momento en que tus ojos hacen contacto con la primera letra se enciende el mecanismo de la creación, al momento de pronunciar la primera palabra la llave se mueve y entonces se enciende el motor.

El contacto entre tu ojo y la letra, o tu boca y la letra es cuando se da esta chispa divina para inicia el gran poder de la oración.