En un mundo lleno de estrés, responsabilidades y constantes desafíos, es común sentir que...
Siempre escuchamos “cierra el ciclo”, pero ¿qué significa eso? y ¿cómo se hace? Porque aunque muchos lo dicen, nadie te dice cómo hacerlo. Cerrar un ciclo es terminar, concluir, finalizar… algo, normalmente se relaciona más con las relaciones, pero también podemos mencionar cerrar un ciclo con el trabajo, un proyecto o puede implicar un cambio de casa, de ciudad o de país.
¿Es necesario hacerlo? ¡Sí!, pero ¿por qué?, porque esto nos traerá paz, nos dejará avanzar en nuestra vida sin lazos, sin apegos, sin obstáculos, etc. Nos va a ofrecer no repetir situaciones similares; todo esto para nuestra evolución y crecimiento como seres humanos. La misma naturaleza nos muestra cómo cierra ciclos, por medio de las estaciones del año, con fechas como el Año Nuevo (en donde termina un año y comienza otro), en bodas, graduaciones, nacimiento y funerales: todos tienen un inicio y un final.
Cerrar un ciclo es terminar con una etapa de tu vida. Es indispensable saber cuándo se termina y no aferrase más allá del tiempo necesario, porque mientras más permaneces en el porqué (en la indagación de cómo sucedió o, por qué, te estás perdiendo de todo lo que la vida tiene para ti. Probablemente, no puedas ver lo que hay para ti, en un futuro, pero lo importante en tu presente es dejar ir todos los momentos de tu vida que se van clausurando por alguna razón u otra.
Si tu relación se acabó, tu trabajo se terminó o debes mudarte de casa, de ciudad o de país, puedes pasarte la vida entera rebobinando la película mental de los recuerdos, o en el “hubiera”, tratando de entender y comprender por qué sucedió tal o cual cosa. Al final vas a tener muchas preguntas sin respuestas. Y habrá ocasiones en las que debas cerrar un ciclo con muchas dudas.
Puedes desgastarte de por vida, pero estamos aquí, tú, yo, tu esposo/a, tus hermanos, tus padres…, todos y cada uno de los seres humanos estamos predestinados a cerrar ciclos, a darle vuelta a la página, a terminar etapas y seguir adelante, tal cual como lo muestra la naturaleza misma.
No debemos permitirnos estar en el presente, añorando el pasado; ni siquiera preguntándonos el porqué, nos dice Paulo Coehlo. Por algo sucedieron las cosas y ya quedaron en el pasado. Sé que duele dejar atrás alguna etapa de nuestra vida, pero difícilmente habrá algo que exista en este mundo para cambiar lo que sucedió. Lo único que puedes hacer es aceptar la nueva realidad, soltar, desprenderte, dejar ir…, porque el pasado ya se fue. Vive en el presente y usa esta herramienta de cerrar ciclos para construir un puente hacia tu futuro. No esperes que te reconozcan, que te den una explicación, que te valoren, que te den tu lugar, que se den cuenta de realmente quién eres, porque si no sucedió antes, no va a suceder ahora.
A nadie podemos forzar para que esté con nosotros, nadie es indispensable en esta vida. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo: nada de esto es vital, lo único vital es tu salud mental, el amor a ti mismo, tu propio reconocimiento y que en este momento te desprendas de lo que ya no está en tu vida, de lo que ya no pertenece a ella.
Si tienes la inquietud de volver, de que algo hay todavía, que a lo mejor pudieras regresar y solucionar todo, ¡hazlo!; si no, déjalo ir y cierra tu ciclo. La vida es como andar en bicicleta, siempre es para adelante, nunca para atrás. Si vas por la vida dejando puertas abiertas “por si acaso”, no podrás vivir plenamente y estarás atado a situaciones, personas o energía que nunca te llenarán. Tú no eres el mismo de ayer, y jamás serás el mismo de antes, porque estamos en constante movimiento, ya que en la vida nada es estático. Tendrás que aprender a vivir sin esa persona, sin ese trabajo, sin esa casa o sin esa ciudad.
Todo cierre de ciclo implica una pérdida y un duelo en donde hay un proceso de aprendizaje al desprendimiento, pero no es imposible. Aquello solo era una costumbre, una comodidad, un apego, hasta una necesidad o incluso necedad.
Terminar un ciclo es aprender a vivir con lo que pasó y agradecerlo. Soltar la obsesión de querer que las cosas hubieran sido de otra manera, como las habíamos planeado. Reinvéntate, cocréate y date el permiso de concluir para darle la bienvenida al futuro.
No dependas de nada o nadie para tomar acción; haz conciencia de que puedes quedarte en un coma emocional, alimentándote de odio, rencor, resentimiento, en donde lo único que consigues es envenenarte, amargarte y dañarte, lo que en un futuro, a lo mejor no muy lejano, puede acarrearte enfermedades como cáncer, diabetes o cualquier otra.
La mente es muy poderosa y es importante la vacíes de todos los pensamientos recurrentes y teorías tales como “nunca me quiso”, “nunca me respetó”, “nunca me dio mi lugar”, “no valgo”, “todo fue mentira”, “me engañó”, “¿qué defecto tengo?”, “soy mala persona”, etc. Mejor quédate con un sano pensamiento: “no sé” y “no necesito saber”. ¡Por favor, no te sigas atormentando!
Por otro lado, es importante nos hagamos conscientes de que algo tuvimos que aprender, ya sea en ese trabajo, en esa ciudad, en ese país o con esa relación. Si estamos hablando de una ciudad o un país, probablemente algo teníamos que aprender de ese lugar o reencontrarnos con personas del pasado para cerrar ciclos o si teníamos una situación pendiente de una vida pasada en ese lugar. Es más que evidente que las personas siempre vienen a enseñarnos algo: se les llaman maestros de vida; pero tampoco te encierres o enfrasques en querer saber qué fue lo que vino a enseñarte. Puede que lo veas claramente, pero si no te aseguro que la vida en algún momento te lo va a mostrar.
No todos los cierres de ciclo son dolorosos; hay unos que se dan solo así, porque sí, ya que ya no perteneces a ese lugar, ya no tienes algo que te ate o que te detenga. Aun así, es importante que también a estos les pongas un fin. Si te vas a cambiar de ciudad o de país, agradece a ese lugar, a ese espacio en la Madre Tierra por lo que te dio y por lo que no te dio. Termina todos los asuntos pendientes. Tuve una maestra, en este mi camino espiritual, que nos decía que en cada ciudad y en cada país había ángeles, ángeles custodios a los que siempre debíamos pedirles permiso al llegar, pero así también agradecerles y despedirse de ellos. Entonces, así como cerramos ciclos con las personas, cerremos ciclos con los lugares.
Aprovecha esta oportunidad en la que vas a trabajar en cerrar un ciclo para cerrar otros que seguramente con todo esto que les he dicho se harán conscientes de que nunca cerraron y que quedaron inconclusos: todas aquellas situaciones, relaciones que aún sientan en su corazón, porque siguen vigentes. Mientras más ciclos cierres más libre serás.
Primer paso para cerrar ciclos:
— Declara que, a partir de este momento, das por terminada tu relación con el lugar, la persona, el trabajo, etc. — Declara que a partir de este momento, no vas a pelear más. — Declara que a partir de este momento, vas a dejar de buscar a tu ex. Vas a dejar de buscarlo por todas las redes sociales. Vas a dejar de pedirle una explicación. — Declara que a partir de este momento, ya no vas a seguir invirtiendo tu tiempo en cosas del pasado.
Segundo paso para cerrar ciclos:
— Destruye, quema, limpia, tira, despréndete, regala, rompe, tira, entierra, vende todo lo que te recuerde a esa persona. Hazlo con gratitud, con una consciencia de liberación; no lo hagas desde el enojo, el rencor o por venganza. — Si aún tienes cosas de tu ex, espera a que te las pida, no lo busques. Date un tiempo límite para guardarlas; si no las reclama, dispón de ellas. — Cámbiate de casa y si no puedes, entonces reordena tu closet, cambia los muebles de lugar, píntala de un color diferente. Cambia por completo la energía de ese lugar. En muchas ocasiones lo que necesitábamos era solo un cambio.
Estos cambios externos pueden representar procesos internos muy fuertes. ¡Hazlo, no lo pospongas!
Puedes prender una vela durante el proceso, y al final enciende un incienso para que todo lo que removiste sea transmutado.
Tercer paso para cerrar ciclos:
Realiza un acto simbólico o un ritual, si lo quieres llamar así, que marque el final. El cierre perfecto no existe, normalmente idealizamos el final, así como lo vemos en las películas… ¡un final feliz! Sinceramente, te digo: esto no existe. Lo que hagas será perfecto para ¡ti!
Si sientes la necesidad de hablar o decir algo, mejor escribe una carta a mano alzada, una carta que NO se envía. Ya te dije que no necesitas a la otra persona para cerrar tu ciclo y tampoco necesitas tener la última palabra. Sin duda alguna, puedes salir más lastimado, te garantizo que la otra persona no está interesada. Normalmente, el individuo que necesita una explicación es a la que dejaron, la que no tomó la decisión y entonces te pregunto: ¿cómo puedes confiar en la honestidad de alguien que ha terminado una relación contigo sin darte una explicación? porque sinceramente, jamás te dirá la verdad. ¿Por qué? No lo sé y tú no necesitas saberlo.
Cuarto paso para cerrar ciclos:
Perdónate y reconcíliate contigo mism@. Perdónate por haberte permitido que esto te pasara. Porque seamos sinceros, todos tenemos señales, pero no las queremos ver.
Devuélvele su energía y recupera tu energía. Y definitivamente si tuvieron relaciones sexuales es muy, muy, importante este paso. Porque durante el acto sexual entregas todo: te desnudas física, emocional y espiritualmente.
Reconoce que hay una deuda, porque siempre la hay, por lo menos la de haberte dado una explicación o un final distinto y más digno, pero al mismo tiempo declara que decides no cobrarla.
Quinto paso para cerrar ciclos:
Ya que terminaste de hacer todo lo anterior, date un baño y vete a dormir o pasa el resto del día haciendo algo que te haga sentir paz. ¡Consiéntete! Ya vas a empezar a ver por ti.
Carl Jung decía: “Aquello que niegas te somete, lo que aceptas te transforma”. Cuando te niegas a reconocer aquello que te enseña la vida obligas a la conciencia cósmica a repetir el drama de lo sucedido cuantas veces como sea necesario hasta que lo tengas que aprender.
El concluir con algo en tu vida o cerrar un ciclo es indispensable lo hagas tú, no debes esperar a que alguien te ayude a resolver tu vida; TÚ debes resolverla porque es tu responsabilidad. Al haber realizado cada paso estás integrando tu pérdida, integrando tu vida para ser una mejor persona, un mejor ser humano.
Por ahí escuché: “El pasado hay que usarlo como trampolín y no como sofá”…
Edición y corrección de estilo: Lydia Flores Acuña
Últimas Canalizaciones
- Cómo los Cursos de Sanación Pueden Transformar tu Vida
- El Portal del León: Significado, Prácticas Espirituales y Transformación Personal
- El Significado y Simbolismo de las Inundaciones en Nuestras Vidas
- El Árbol Sefirótico: Claves Universales de la Sabiduría Antigua
- La Nueva Esclavitud: Cadenas Invisibles que Nos Atan