Siguiendo con la comparación con una relación amorosa, cuando la iniciamos queremos entender y saber todo de aquella persona: su pasado, su presente y hasta su futuro, incluso sus metas. Deseamos comprender su vida, pensamientos, emociones, acciones; todo, absolutamente todo. Pero ¿qué crees?, esto es imposible. Jamás vas a poder conocer a alguien al cien por ciento. Lo que sí podemos hacer es entender cómo funcionan las relaciones, así como los hombres y las mujeres en este mundo. Para ello te recomiendo leer el libro de Yehuda Berg Reglas espirituales de las relaciones.
Lo que en este momento nos atañe es conocer y entender la esencia del mundo espiritual, para así poder reconectar y reconciliarnos con dicha esencia, y entonces comenzar a trabajar con nuestras semillas de luz desde la conexión pura de la creación.
Lo más importante y característico del mundo espiritual es su esencia, y conocer cómo es y cómo funciona nos va a dar el secreto para poder activar la oración o meditación con intención para crear nuestro jardín interior. Ahora, ¿cómo unimos nuevamente el mundo físico con el mundo espiritual?
Cuando un matrimonio quiere reconciliarse, busca un mediador, un tercero que no sea parcial. Este mediador puede ser un psicólogo, un amigo, un juez, un abogado, un familiar, etc. En el mundo espiritual podemos encontrar seres o almas que intervienen por nosotros ante el Creador. Dentro de la Kabbalah se considera que las personas justas, llamadas Tzadiquims, almas que en su vida previa fueron generosas y justas. Estos pueden ser invocados o llamados para intervenir por nosotros que aún seguimos en el mundo físico. El gran mérito de estas almas abre las puertas del cielo para el ser humano.
Sin embargo, eso no es lo único que necesitamos para que la bendición baje. Ya hemos abierto las puertas del cielo, ahora ¿qué necesitamos hacer para que la bendición descienda sobre nosotros? Es muy simple y sencillo, ¡ver por los demás! Y, ¿cómo podemos hacerlo sin que el ego tome acción? —porque, si recordamos, el ego es muy engañoso y solo quiere honores—.
Una de las formas de ver por los demás es la caridad. ¿A qué me refiero? Una de las definiciones de caridad en el diccionario de la lengua española es la siguiente: “Limosna que se da a los necesitados”. Dar caridad significa “dar” y no “dame”. Aquí estamos invirtiendo nuestro deseo para nosotros mismos y, cuando nosotros vemos por los demás, el Creador va a ver por nosotros. ¡Así de simple!
Otra de las formas que quiero compartirles para conocer el mundo espiritual y saber cómo funciona es haciendo preguntas. Cuando yo era pequeña uno de mis hermanos tenía la necesidad de saber todo. Llegaba el punto en el que solo decía; y ¿por qué?… ¿por qué?… ¿por qué?… Es evidente que aquí me refiero al hecho de que debemos ser como niños, con la necesidad de entender el mundo que nos rodea. Así debemos preguntar al mundo espiritual todo el tiempo, a cada momento. El activar esta curiosidad nos abre otra puerta al conocimiento y entendimiento de ese mundo espiritual, el cual es un reflejo del mundo en el que vivimos. La ley de la correspondencia nos afirma: “Lo que es arriba es abajo, y lo que es abajo es arriba”.
Hasta este momento hemos visto lo que es la oración o meditación con intención, con la intención del alma; también la importancia de tener un mediador y además cómo funciona y qué quiere el mundo espiritual de nosotros.
Tan pronto como terminemos con todas las bases que necesitamos para comenzar con nuestro jardín interior, pondremos en marcha la siembra de nuestras semillas de luz desde una conciencia elevada y sin ningún bloqueo para su manifestación total en el mundo físico.