Hoy cierro un ciclo e inicio uno nuevo en esta Tierra, en esta vida, en este cuerpo. La emoción que invade mi cuerpo es indescriptible; son ese tipo de emociones que solo se sienten y que son difíciles de explicar con palabras. Parte de esa emoción es porque hace unas semanas los Maestros me dieron un mensaje: “Karla el momento ha llegado”. Solo me dijeron lo que tenía que hacer para este día, — usar mi nombre espiritual y darlo a conocer—. Este nombre lo recibí hace ya algunos años y lo había mantenido solo para mí, ya que esa fue la indicación en ese entonces.
Es un nombre diferente al que mis padres eligieron, pero desde que lo recibí su energía y vibración me llevaron a “Casa”.
En algunas prácticas espirituales es muy común recibir un nombre espiritual con el fin de tener una herramienta que ayude a elevar la energía, a conectar con la identidad del alma para que el Yo Superior de la fuerza y guía para avanzar hacia el destino verdadero como semillas estelares.
Se dice, que el nombre espiritual es una oración propia, la cual ayuda a dejar atrás antiguos patrones y así poder escuchar el propósito divino.
Desde mi infinita e ilimitada presencia de Dios en mí y a través del Ser Superior de consciencia, ser alado, “Ami Rahed Alham” —Maestro, no encarnado— recibo totalmente la energía de mi nombre espiritual para compartirlo, dejar que me guíe en este camino, como ser humano, como servidora de la Luz hacia el camino del Yo Soy, hacia la total resonancia dentro la 5D.
En infinito agradecimiento.
Yo Soy Amī Hū Ret (Karla Guinea)
Canalizadora de Maestros y Médicos del Comando Real y Emergente del Sistema Estrella Blanca al Servicio de la Humanidad.
Dato curioso
Me gusta mucho sacar la gematría de las palabras porque encuentro mucho significado atrás, lo que podemos llamar su esencia. Así que comparto la de mi nombre:
Ami Hu Ret, עמי הי רט, V.n. 344 = 11